domingo, 14 de septiembre de 2008

Sobre la Maquina de Dios..


El Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), el mayor acelerador de partículas del mundo, empezó a funcionar este miércoles en la frontera franco-suiza con la misión de dar respuesta a las grandes preguntas sobre el origen del Universo.
Una primera ráfaga de partículas efectuó este miércoles por la mañana una vuelta completa al anillo de 27 km, enterrado a 100 metros bajo tierra, cerca de Ginebra.
El director general de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), Robert Aymar, se refirió a un "día histórico" para la humanidad, que "quiere saber de dónde viene y adónde va, y si el universo tiene un fin".
Entre sus principales objetivos, el LHC deberá detectar las partículas elementales de la materia -que predijo la física teórica pero jamás han sido observadas- y podría poner en evidencia las partículas denominadas "supersimétricas", que componen la materia negra.

Un primer haz de protones fue inyectado poco después de las 4.30 de ña Argentina. "Tras la inyección del haz, se necesitaron cinco segundos para obtener datos", declaró el director del proyecto, Lyn Evans.

Una luz en las pantallas de control indicó que el haz había entrado correctamente en la primera sección del anillo, provocando gritos de júbilo y aplausos de alivio de los científicos presentes en la sala.

Tras este inicio, siguió el lanzamiento de un segundo haz que giró en sentido contrario. Las primeras colisiones de protones -para las que habrá que esperar aún varias semanas- se producirán a energías de 450 gigaelectronvoltios (Gev), es decir cerca de la mitad de la potencia del Fermilab de Chicago, que hasta ahora era el mayor acelerador de partículas del mundo.

Sólo más tarde, probablemente a fines de octubre, las energías aplicadas en el LHC alcanzarán niveles de hasta 7 teraelectronvoltios (Tev), es decir cinco veces superiores a la potencia del Fermilab.

El objetivo del LHC es "adquirir la comprensión sobre el comportamiento de la materia más fundamental", declaró Daniel Denegri, un físico que trabaja en uno de los cuatro detectores de partículas instalados en torno al anillo.

Las colisiones de protones que se provocarán en el interior del LHC producirán brevemente una temperatura 100.000 veces superior a la del Sol y deberían permitir detectar partículas elementales que no se han podido observar hasta hoy, entre ellas el bosón de Higgs, última pieza de la teoría del "Modelo Estándar" que daría su masa a todas la otras.

"Creo que es bastante probable" que el LHC halle esta partícula, dijo el profesor Peter Higgs, de 79 años, pocas horas después de su puesta en marcha.

Las altísimas energías aplicadas permitirán recrear durante una fracción de segundo el estado del universo durante la primera cienmilésima de segundo tras el Big Bang, es decir el nacimiento del Universo hace 13.700 millones de años.

Las colisiones podrían crear asimismo pequeños agujeros negros que los científicos del LHC aseguran que no comportarán ningún peligro debido a su efímera presencia.



La “Máquina de Dios” es un experimento que va a afirmar o refutar lo que hasta el momento el hombre supone sobre la naturaleza según experimentos previos. Este esquema no solamente es fundamental para comprender la materia y la radiación sino también para la evolución para el universo.

“Se van a experimentar con partículas elementales, los ladrillos básicos de la naturaleza, con lo que se conforma todo lo que nos rodea inclusive nosotros mismos”, explica el Profesor del Departamento de Física de la Universidad Nacional de La Plata, Luis Epele.

Para que sea más clara la explicación, el especialista consultado resalta un ejemplo muy simple: “El hombre puede pensar a priori que la madera no puede tener que ver con el aire o el agua. Sin embargo, a medida que fue progresando en la comprensión de la naturaleza, vio que detrás había una estructura más simple; estos materiales estaban compuestos por moléculas, átomos con electrones y núcleo”.

Pero ahora lo que se busca es ir por debajo de esto. Escalas muchísimos más pequeñas. La hipótesis elaborada a lo largo de 40 años para este mundo de lo pequeñísimo, el “modelo estándar”, hoy se está tratando de comprobar con este experimento. Este modelo que describe todo lo que se conocemos casi a la perfección, necesita de ciertos ingredientes que todavía no hemos visto, entre ellos el renombrado "bosón o particula de Higgs" (en honor a su descubridor, el físico escocés, Peter Ware Higgs).

“Si esta partícula no está, no aparece, habrá que cambiar el modelo. Nosotros construimos nuestras modelo básico de la naturaleza y la evolución del universo en el bosón de Higgs”, explica Epele quien fue profesor de María Teresa Dova, la física que dirige el grupo de argentinos que trabaja en el experimento en Suiza.

El bosón de Higgs es una partícula elemental que aparece en las hipótesis de la física de partículas pero cuya existencia todavía no fue comprobada. Es decir, un constituyente elemental de la materia.

¿Por qué se lo llama la “Máquina de Dios?

Todo surge cuando el físico estadounidense Leon Max Lederman, Premio Nobel de Física 1988, escribió un libro sobre el bosón Higgs. Allí, lo nombraba como “la partícula de Dios” ante el gran descubrimiento.

“Este nombre tuvo una gran repercusión, fue muy taquillero. Por eso, a este experimento lo nombraron de tal forma”, dijo el especialista. Sin embargo, Epele remarca que los científicos lo llaman por su nombre técnico, el LHC – el Gran Colisionador de Hadrones o en inglés Large Hadron Collider.


No hay comentarios: